martes, 17 de noviembre de 2009

Cumpleaños de Andrés Felipe Páez

A Felipe

Estaba en la iglesia
de rodillas suplicando
por la vida tuya, por tu existir
lejos de todo y de todos
en donde las montañas son un nudo
y el viento llega después de haber pasado por más allá.

Como era tan alta aquella montaña,
que besaba las huellas que Dios deja en las nubes,
creo que fue por eso que él me escuchó
y dio un soplo de vida a tu cuerpecito,
que temblaba de miedo en aquella infinita oscuridad.

Luego viste la luz, después
la luz nos dejó verte, tan pequeño, tan frágil
y al mismo tiempo tan fuerte,
tan capaz de sobrepasar las más desconocidas fuerzas
de naturaleza indómita y salvaje,
que se ensaña con los más pequeños
para probar que de verdad son fuertes,
que son guerreros de la vida para venir
a morir un poco cada día.
Estaba de rodillas suplicando
y Dios me escuchó…

Y hoy son dieciséis años
que habitas entre estos bosques de gente,
entre las montañas que ahora
ya no han vuelto a besar
las huellas que Dios deja en las nubes
al caminar…

No hay comentarios: