viernes, 31 de diciembre de 2010

El 2010


¡Hola a todos!

Quiero desearles un final de año lleno de paz y tranquilidad, y que el año nuevo venga colmado de salud y muchas posibilidades y realizaciones para todos. Este 2010 ha estado pleno de acción para mí. Muchas cosas comprimidas en tan corto tiempo. Un año maravilloso, lleno de todos los mayores logros que he alcanzado hasta ahora en mi vida. Un año pleno de trabajo duro al 100% que exigió el máximo de mis capacidades y también 365 días de mucha fatiga y malestar debido a mis enfermedades que espero concluyan con esta cirugía. Ana María creció tanto, aprendió a leer, perfecciona poco a poco su escritura y se interesa por temas que yo a su edad ni siquiera imaginaba que existían, ¡es maravilloso! La excelente noticia de que su epilepsia ha desaparecido y el sentimiento de paz y agradecimiento que eso representa.

Dicen que uno no lo puede tener todo en la vida. Yo no sé... quizás hayan unos cuantos, dos o tres puntos que quisiera que hubieran sido tan positivos como todo lo demás, pero con lo que tengo ahora me es suficiente. Sigo trabajando sin descanso, sigo desarrollando mis poryectos, porque esto no se detiene y cada día me exige poner un ladrillo para sostener el siguiente. No quiero construir un castillo de naipes, sino una fortaleza que sirva de apoyo y soporte para los que vienen. Y en eso se me irá el resto de la vida.

Reciban el más fuerte de los abrazos y, aquí desde la convalescencia, el más profundo deseo de que el 2011 sea un año maravilloso para todos.

Hay una frase de un escritor inglés que dice: "The object of a new year is not that we should have a new year. It is that we shoudl have a new soul", (El propósito de un año nuevo no es que debamos tener un año nuevo. Es que debemos tener una nueva alma) yo diría que la traducción se mejora si decimos "una nueva vida".


Los quiero mucho.

miércoles, 13 de enero de 2010

Pedacitos



Nuestra vida está hecha de pedacitos que uno mismo va cosiendo en una sola colcha de retazos y cada pedacito lo hacemos en compañía de otro ser humano. A veces esos pedazos son tan pequeños que no importan mucho. Otras veces hay pedazos que son tan grandes que ocupan una extensión importante en esta colcha, lo que significa que tomó mucho tiempo hacerlo o tuvo mucha importancia, o ambas cosas, al igual que la importancia que tiene en nuestra vida la persona con quien tejimos ese pedazo de nuestra existencia. Y cuando ese ser que construyó con nosotros ese tramo, de repente desaparece y deja a medio hacer las cosas, uno también queda a medias y cuesta mucho, pero mucho, tratar de unir ese pedazo que quedó a mitad de camino al resto de nuestra vida…

Un día eso pasó y otro mal día también y todavía sigo tratando de unir esos dos pedazos. Y aunque pase el tiempo y la memoria quiera jugarme el juego del olvido, esos dos seres me duelen profundamente… porque todavía no los termino de coser en mi colcha de recuerdos. Parece que ellos se marcharon llevándose los hilos…